“La Protesta”
En un ambiente caldeado por una
exaltada patriotería, y profundamente agitada por insensatas banderías,
aparece este órgano de publicidad.
Al lanzarnos en el campo del periodismo, no nos guía ningún sentimiento
mezquino ni egoísta, sólo anhelamos, que el pensamiento y acción de un grupo
de rebeldes, combata los abusos de los gobernantes, fustigue sin piedad los
errores de un clero corrompido y criminal, y azote implacablemente la inicua
especulación capitalista.
Desde las columnas de este periódico, abogaremos sinceramente,
desinteresadamente, por la causa del proletariado y llevaremos a sus filas,
la propaganda de una doctrina buena y justa en su esencia y en su forma.
Doctrina de humanos principios que forma conciencia y desarrolla energías
individuales, para la reivindicación de sagrados e indiscutibles derechos.
“La Protesta”, no será una ciudadela, de donde parapetados un grupo de
ciegos sectarios disparen dardos envenenados.
No!
Doctrinarios convencidos, admitimos la discusión de nuestros principios;
siempre que sólo guíe un espíritu de estudio de estudio o de sana crítica, y
no salgan a relucir las frases huecas y apasionadas a que apelan los
individuos fanatizados o poco preparados para apreciar los grandes problemas
sociológicos que se depuran y aquilatan en el crisol de las discusiones
serenas y científicas.
Esta hoja, aspira a ayudar a arrancar los abrojos de que está erizada la
conciencia obrera, para que crezca en terreno abonado, fuerte y lozana la
simiente de rebeldía.
La Protesta. Nº 1. 15 de febrero de 1911
Humanidad. Nº 15