Conversatorio en San Marcos en el aniversario de
la Revolución Rusa, organizado por el GAES.
Hoy, a partir de las 3 de la tarde, tuvo lugar en un aula de la Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad de San Marcos, una reunión plural para
recordar las lecciones que nos pudo haber dejado la revolución de Octubre en
Rusia, convocada por el Grupo Anarquista de Estudios Sociales (G.A.E.S.).
Fueron cuatro jóvenes compañeros los encargados de introducir sus temas al
debate, y por eso digo que se trató de una reunión plural ya que no sólo
estaban presentes compañeros de diversos grupos anarquistas o libertarios de
Lima sino también jóvenes estudiantes del Grupo de Esclarecimiento Comunista
(G.E.C.) que no se define en ninguna de las clásicas tendencias marxistas
(leninistas, stalinistas, maoístas, trotskystas, consejistas) sino que, al
parecer, busca un camino diferente siquiera para no incurrir en los mismos
errores de sus predecesores.
La reunión fue abierta por la cra. Redi Yurihuamán de la USL de Huancayo, la
siguió el c. Franz García de la USL de Lima, enseguida habló el c. José
Rojas del G.E.C y, para cerrar las ponencias, el c. Efraín Huamanchahua, del
GAES, con el tema ¿“dictadura proletaria o capitalismo de Estado?”, título
que resume en pocas palabras la caracterización anarquista de la revolución
de octubre.
Aunque se me diga que peco de parcialidad tengo que confesar mi impresión
general de que el c. Franz García, de la USL, quien no oculta su definición
política plataformista, quiso capitalizar la reunión presentando el
plataformismo que aparece en Europa en los años 1927 y siguientes, como la
continuación lógica no ya de una corriente minoritaria, sino del anarquismo
en general, partiendo incluso de Bakunin a quien se le pretende considerar
partidario del materialismo dialéctico e histórico de Marx, es decir y como
decía Daniel Guerin, como un “marxista libertario”, pasando por el compañero
comunista libertario Kropotkin y comprometiendo al propio Malatesta que no
se adhirió nunca a la Plataforma de Archinof, aunque el c. Franz sostuvo
que, antes de morir, tuvo palabras positivas respecto a esta tendencia.
En resumen y para los no informados la Plataforma sostiene que las dos
primeras lecciones de la revolución bolchevique es que 1. el anarquismo
tiene que ser organizado políticamente y 2. dicha organización debe poseer
una disciplina exigente. Mejor dicho, Archinof creía que si los bolcheviques
habían alcanzado el poder era por algo, que su eficacia se debía, entre
otras cosas, a la teoría basada en el análisis concreto de la situación
concreta como decía Lenin, a su organización casi militar con el objeto
preciso de capturar el poder y en la que la disciplina se basaba en que la
minoría se subordinaba a las decisiones adoptadas por mayoría, al contrario
de lo que pensaban los anarquistas más destacados que proponían una
disciplina conciente que se apoye en el consenso del grupo o de todos los
participantes de una organización libertaria.
Aunque no hubo tiempo de aclarar lo concerniente al plataformismo en forma
general y profunda, procedemos en este informe, en primer lugar a precisar
el contexto en el que surge la Plataforma de Archinof, o sea cuando Lenin ya
había muerto imprimiendo antes de morir el curso capitalista de Estado de la
revolución y Stalin ya había secuestrado la revolución soviética con una
vulgarización de la teoría que le permitió tener ya no un partido de gente
que pensara con su propia cabeza sino un partido-rebaño, un partido de
seguidistas y de burócratas oportunistas. La revolución rusa mutaba hacia
una suerte de totalitarismo que muchos han caracterizado como un “fascismo
rojo”. Además, el fascismo de Mussolini ya se había apoderado del aparato
estatal en Italia y en Alemania el nacional socialismo hitleriano avanzaba
hacia el poder totalitario de extrema derecha. Había, pues, una ola
totalitaria que recorría Europa, que quizás la revolución española pudo
contener si no es aplastada a la vez por los militares falangistas de Franco
y sus seguidores fanáticos en la sociedad civil, la represión staliniana y
la intervención armada de Alemania e Italia, además de la indiferencia
culpable de la social democracia francesa y el gobierno conservador inglés.
Este período negro no sólo para Europa sino para el mundo sólo acabó con la
derrota del nazi fascismo en la segunda guerra mundial, la más letal y
destructora de las guerras que ha conocido la historia humana. Entonces, ¿de
qué “eficacia revolucionaria” hablamos?. ¿Qué tenemos los anarquistas que
trasladar a nuestro ideario de las ideas de Lenin, Trotsky y Stalin que
fueron nuestros principales adversarios teóricos y prácticos (no olvidemos
la represión contra los anarquistas en Cronstadt y en Ucrania)?. El propio
Archinof fue víctima de su pensamiento, pues cuando fracasó la plataforma en
los círculos anarquistas de Europa occidental, pues volvió a Rusia y se
adhirió al PC, hasta que Stalin ordenó que se le liquidara físicamente.
Quizás está bien que plataformistas como Franz busquen que los otros los
reconozcan como anarquistas, pero de allí a que aceptemos que el
plataformismo sólo es la continuidad del anarquismo clásico hay una gran
distancia.
En cuanto a los otros participantes, la compañera Yurihuamán de la USL de
Huancayo sugirió que el anarquismo en Rusia de antes de la revolución de
1905 se dedicó demasiado a la llamada “propaganda por los hechos” o, dicho
de otro modo, al “terrorismo individual”, y que por eso no había tenido
ninguna influencia en la insurrección que terminó en masacre pero que, al
decir de Lenin, fue “el gran ensayo general de la revolución de 1917”. Esta
postura contradice a lo que escribe el compañero Voline en “La revolución
desconocida”, o sea que los anarquistas observaron una intervención
constructiva en 1905, especialmente participaron en la organización y la
acción de los soviets o consejos obreros, claro que no solos, sino junto con
los social demócratas que todavía no se habían dividido en bolcheviques y
mencheviques y los socialistas revolucionarios. Por su parte, el c. José
Rojas del G.E.C. nos hizo ver lo novedoso de su posición marxista, sobre
todo cuando creen que el llamado por ellos “Estado proletario”, no es sino
un “semi-Estado”, o sea un estado en extinción. Claro que Lenin también
sostiene lo mismo en su obra “El Estado y la Revolución”, es decir que se
trataría de una recuperación de una idea olvidada por los autoritarios que
han dominado hasta hoy el mundillo político “comunista”. De allí que estén
dispuestos estos compañeros a celebrar reuniones o acciones conjuntas con
los anarquistas, al parecer no somos el diablo ni los que propugnamos el
caos para ellos. Finalmente, el c. Efraín Huamanchahua nos hizo ver que el
leninismo anunciaba la revolución para implantar no el socialismo sino un
“capitalismo de Estado”, desde mucho antes de octubre de 1917 y acorde con
los pensamientos del propio Marx y de la social democracia europea y rusa en
el sentido de que no se podía concebir una sociedad socialista en un país
con relaciones capitalistas subdesarrolladas y un feudalismo rural
supérstite, ni en un país por separado como era el caso de Rusia a pesar de
que su superficie representaba la sexta parte del territorio planetario. Al
lanzar la NEP en los años 20, el propio Lenin anunciaba al mundo el sentido
de su revolución: “la construcción de un capitalismo de Estado, “por ahora”:
Sólo que sus sucesores lo negaron en todos los tonos, pero siempre avanzando
hacia el monopolio estatal de la propiedad sobre los medios de producción y
la consiguiente explotación por parte del Estado de los millones de
trabajadores soviéticos, o sea un capitalismo de Estado que desarrolló la
aparición de una nueva clase explotadora y privilegiada, y que por ese y
otros motivos sociales y políticos fracasó estruendosamente con la caída del
Muro de Berlín en 1989. Por lo demás, la reunión fue un éxito cuantitativo
ya que se congregaron alrededor de 50 personas, en su mayoría jóvenes.
Habría sin embargo que puntualizar que las ponencias de los cuatro
expositores fueron muy largas, lo que restó tiempo al debate. De todos
modos, bravo al GAES tanto por la organización del evento como por la idea
que lo presidió: extraer lecciones de la revolución rusa desde el ángulo de
la pluralidad de puntos de vista.
Lima, 15 de octubre del 2010.
Víctor Fréjus.
Humanidad. Nº 16