Resistencia mapuche bajo el oprobio del Capital y el Estado
Es justa y correcta la protesta
de nuestros pueblos indígenas. En el caso concreto de los mapuches, ellos
siguen relegados y oprimidos por el Estado operante en $hile. Ni con el
fascismo de Pinochet o la socialdemocracia de la concertación se resolvió la
problemática mapuche.
Con estos antecedentes soy escéptico con respecto a que el capitalista y
fascista que actualmente rige desde de la Casa de la Moneda resuelva el
histórico problema.
Así que nuestros hermanos mapuches seguirán luchando consecuentemente por
sus tierras, para mantener viva su cultura milenaria y ahora también contra
la nefasta aplicación de la Ley antiterrorista que ya a estas alturas
debiera haber sido derogada.
Llevan más de 50 días resistiendo al opresor los 32 prisioneros mapuches, en
las cárceles de Concepción, Lebu, Angol, Temuco y Valdivia. Pese al largo
tiempo transcurrido su moral está intacta. Todos denuncian persecución
política, montajes judiciales, testigos sin rostro e incluso tortura
policial. Poco y nada de ello ha salido en la prensa. No les quita el sueño.
Sin embargo, son pacientes y saben que con el transcurso de los días y
semanas, la huelga se volverá para Piñera una insoportable migraña. A
comienzos de semana, un fallo judicial autorizó a la Gendarmería
alimentarlos por la fuerza en Concepción y Temuco. No les será fácil,
advierten ellos.
Según el lider mapuche Héctor Llaitul, considerado por los poderosos en
$hile como el Bin Laden de Arauco, la “Ley Antiterrorista es una ley
especial, creada para perseguir y su objetivo de fondo es velar por los
intereses de los poderosos, no el de proteger a la población. Hoy con esta
ley se están protegiendo inversiones que afectan directamente nuestro
territorio y a su gente. Y en beneficio de empresarios que son responsables
o herederos del despojo territorial que sufrimos como pueblo. Solo ello
explica que se apliquen estas leyes de excepción a conflictos que son
sociales y políticos”
“Hoy lo que se persigue es integrarnos o bien aniquilarnos como cultura,
como nación, que dejemos de ser lo que somos. Basta ver las leyes, solo
opera la asimilación y el colonialismo permanente. Lo cierto es que somos un
pueblo oprimido, con un territorio invadido. Y este despojo ha sido avalado
por todas las legislaciones e instituciones del Estado”
Este es un conflicto histórico, de raíces muy profundas y que concierne a la
sociedad chilena y mapuche en su conjunto, también a la comunidad
internacional, que debe ser parte de la solución. El Estado chileno es el
responsable directo de lo que sucede hoy, que es un conflicto eminentemente
político con trasfondos históricos, culturales, una lucha por
reconocimiento, por ser lo que somos. Para nosotros el abordaje del
problema, su resolución, es política y compromete al Estado en su conjunto.
M. G. en base a una
entrevista de Pedro Cayuqueo a Héctor Llaitul
Humanidad. Nº 15