El Decreto Ley 1097 o ley pro-apro-fujimorista

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La dación del Decreto-Ley 1097, por parte del Ejecutivo y dentro de las facultades que otorgó a éste el Congreso, ha levantado un intenso debate en el país, no sólo porque bajo su amparo van a ser liberados verdaderos criminales contra la Humanidad como los del grupo Colina y los del Comando “Rodrigo Franco”, incluyendo sus mentores, los jefes militares y políticos responsables de la lucha contra el senderismo armado pero que apelaron a la vieja tesis anti-subversiva elaborada por los teóricos militares franceses luego de su experiencia en la guerra de Argelia: “para acabar con la guerrilla hay que aniquilar a la población que le sirve de apoyo”. Hubo incluso un general, en tiempos de Alan García (85-90), que propuso arrojar “bombas atómicas tácticas en las zonas declaradas en emergencia”, o sea en los departamentos serranos de Ayacucho, Apurímac y Huancavelica. Es decir, para defender al capitalismo neocolonial amenazado todo vale, incluído el genocidio, incluído el crimen contra la Humanidad. Lo único que importa, para los regímenes aprista y fujimorista, son los resultados, o sea la paz de los cementerios.

Este es un dispositivo con nombre propio, elaborado expresamente para beneficiar a ciertas personas como el propio Alan García y a Giampietri, responsables de las masacres en los Penales en 1986, y que están tipificadas como crímenes de lesa Humanidad, pues el dispositivo sostiene que sólo se pueden considerar como tales los posteriores al año 2003, es decir sus crímenes no serían imprescriptibles sino que ya habrían prescrito. Igualmente, si bien el Decreto no ordena directamente la libertad del ex dictador Fujimori pues éste ya ha sido sentenciado, sí pueden tomarlo como un argumento para graciarlo mediante un indulto o bien una Amnistía que alcanzaría a gente como el propio Montesinos.

No queremos señalar a personas como responsables de este legicidio, pero los medios de comunicación nos hablan del ministro de Defensa Rafael Rey y de los Abogados de los criminales como el congresista Sousa y el Sr. Nakasaki. Un compañero me dijo: “Rey lo hace de corazón pero los otros dos lo hacen por interés, ya que los beneficiados con este legicidio son sus clientes”. Esta podría ser una forma de cubrir la traza interesada del propio Presidente de la República, siempre temeroso que lo alcance el brazo de la justicia. Y cómo late el corazón de Rey?. No olvidemos que el compañero lo afirma para indicar que Rey es un militante del Opus Dei, o sea del grupo más reaccionario del catolicismo, grupo ferozmente enemigo de las libertades ciudadanas y que sólo actúa para defender el “orden” capitalista, es decir, la preeminencia en el mundo de la explotación y la opresión del hombre por el hombre. Haciéndolo “de corazón”, es decir por ideología fascistoide, esta persona se convierte en un peligro no sólo para los revolucionarios sino para la endeble “democracia” representatiiva y formal peruana, ya carcomida por una clase política corrupta y ambiciosa.
 

Lima, 12 de septiembre del 2010-09-12
Víctor Frejus
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Humanidad. Nº 15