Revolución Social Española de 1936

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“Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones”
Buenaventura Durruti

Generalmente la historiografía oficial y oficiosa, de los autoritarios -sean lacayos de los burgueses o de la contra revolucionaría secta adicta a la utopía burocrática de los PCS-, han denominado Guerra Civil Española, y la han pintado sólo así, a la confrontación entre La segunda República y los fascistas encabezados por Francisco Franco.

La Revolución Social Española de 1936, comenzó tras el intento de golpe de Estado del 19 de julio de 1936. Su principal base doctrinal y organizativa fue el anarquismo sobre todo el anarcosindicalismo y el comunismo libertario, con un minoritario componente marxista revolucionario, caracterizado por el POUM y el ala izquierda radical del PSOE y UGT.

La Revolución Social Española de 1936 se caracterizó, entre otras cosas, por su anticlericalismo en lo religioso, su cantonalismo en lo administrativo, su racionalismo en la educación, asambleísmo, avances en las libertades civiles, y el colectivismo autogestionario en lo económico.

Ante la embestida de la bestia militarista, con todo el soporte ideológico del nazi fascismo y los recursos económicos proporcionados por los capitalistas, el pueblo tuvo que hacer su propia revolución social. Ha quedado registrado en fotografías y documentales de la época como los proletarios de la región española iban alegres a luchar con fe y con valor por la construcción de una sociedad libre y justa, simultáneamente se enfrentaban al fascismo internacional y nacional coludido con el autodenominado “Padre de los pueblos”: Stalin.

Esta revolución fue obra de la correcta propaganda y organización que efectuaron conjuntamente la Federación Anarquista Ibérica (FAI), la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), las Mujeres Libres y las Juventudes Libertarias.

La historiografía del Poder a preferido ignorar este hecho histórico o cuando más desvirtuarlo y minimizarlo. Cuando lo afrontan tan sólo parece un cúmulo de datos sobre batallas y batallones. Es decir, un reduccionismo a lo estrictamente bélico. Y sabemos que esto no es así. Lo que nos interesa es que se difunda el verdadero ideal redentor que hizo posible las milicias en España y que vengan voluntarios de tantos países a solidarizarse en los hechos concretos con esta noble gesta. Podemos estudiar obras como las de Gastón Leval y Abel Paz que nos dan más luces sobre lo que ocurrió realmente.

Al final fueron un millón de asesinados por la barbarie nazifascista falangista en territorio español. Sangre de los hijos del pueblo ibérico. A pesar que había un comité de apoyo a los exiliados españoles este era controlado por los lacayos de Stalin. Por ello, sólo los stalinistas lograban cupo y los anarquistas no. Los sobrevivientes libertarios tuvieron que salir clandestinamente a Francia, México, Argentina, etc.

Estos exiliados libertarios prosiguieron su generosa obra de regeneración social en varios puntos del orbe. Para ello, organizaron, ateneos libertarios, bibliotecas populares y escuelas racionalistas. Algunos pudieron regresar a España y lucharon contra el tirano Franco.

Posteriormente al colapso del franquismo los jóvenes ácratas reorganizaron a la confederal y, hoy por hoy, la CNT está de aniversario. Y sus recuerdos, proyectos y grandes realizaciones siguen tan vigentes ahora como en aquellos años.

“Abajo El capitalismo madre del fascismo!
¡Abajo el fascismo y el socialfascismo!
¡Viva la anarquía!

Amador del Ideal


 

Humanidad. Nº 14